Es un hecho que la literatura fantástica y de ciencia ficción está pasando por una nueva época de auge, gracias a su despliegue en los nuevos medios como internet y las redes sociales, y también a su adaptación a la televisión, con series como Games of Thrones o The Witcher. Gracias a estas series, sus fans se han vuelto a la fuente original, buscando las sagas literarias que les han dado vida, lo que ha resultado en un incremento de lectores aficionados a este tipo de literatura.
Pero como no sólo de fantasía vive el hombre, no hay que olvidar que, en realidad, el género ha tenido que adaptarse, e introducir en sus historias elementos nuevos que atraigan al público que podría encontrarse en el siglo XXI. Por ejemplo, no es extraño encontrar historias futuristas o de corte distópico que resultan ser tramas de suspense, de misterio, e incluso románticas; es lo que se lleva, pues en la actualidad la tendencia a la literatura que es capaz de mezclar varios géneros en sus argumentos es cada vez más común, y mejor aclamada por el público (aunque a veces no sea así por la crítica). Y como elementos más recientes, nos encontramos con la literatura lesbica y gay, como un reflejo más de la nueva sociedad en la que vivimos.
Los amores homosexuales están de moda, y sacándolos del cine porno, se puede decir que hasta este momento, a finales del siglo pasado y durante estos veinte años, nadie se había atrevido a plasmarlos tan claramente como ahora (claro, sin hablar de los medios o los géneros exclusivos de este género). Había que ver pornografía explícita en cualquiera de sus formatos para descubrir historias de homosexuales, ya fueran hombres o mujeres; o, si hablamos de literatura, acercarse al género erótico para que alguien escribiera como de pasada alguna con este tipo de argumento. Sin embargo, parece que la llegada de internet empezó a hacer un cambio en todo esto, y pasando de las webs porno donde además de videos xxx se podían encontrar relatos eróticos sexual, también se empezaron a ver en cine y televisión algunas escenas homo de alto contenido sexual. Y el arte de la literatura no se quedó atrás, ya que se empezó a escribir historias del género romántico y erótico que eran exclusivamente de índole LGTB; así, los gays y las lesbianas follando ya no eran algo exclusivo de la pornografía, sobre todo de películas, videos y fotos, dejando la puerta abierta a lo que iba a ocurrir a continuación.
Y lo que ocurrió fue, poco a poco, otros géneros literarios de ficción empezaron a incluir en sus historia elementos de la erótica homosexual, haciendo que esto se convirtiera en algo común. Ahora, en cualquier novela de corte futurista o fantástico, no es extraño que se recurra a una historia de amor o de sexo, y cada vez es menos extraño que esa historia sea de corte gay o lesbico. El mezclar varios géneros literarios en uno se está volviendo una tendencia, y claramente está dando muy buen resultado, porque se puede ver el auge que cierta clase de literatura, como de la que se ocupa este blog, está volviendo a tener. Porque los universos alternativos y los futuros distópicos están muy bien, pero si se echa mano de las fuerzas que han movido el mundo desde que es mundo, todo se vuelve mucho más interesante, ¿no crees?
Muchos autores poco acostumbrados a escribir escenas románticas, eróticas o directamente sexuales han expresado su dificultad a la hora de narrar esta situaciones pero, la verdad, parece que le van cogiendo el tranquillo. Otros piensan que hacer estas cosas desvirtúa los géneros literarios, sin que puedan tener unas características definidas. ¿Qué opinas tú? ¿Eres un lector de líneas puras, o más bien te van las historias eclécticas? La elección está en ti.
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